En un cambio notable en la dinámica migratoria, Hidalgo dejo de ser solo un punto de tránsito para convertirse en un receptor significativo de migrantes.
La Oficina de Atención al Migrante informó que, entre enero y abril de este año, han sido deportados 525 migrantes que se encontraban de manera irregular en el estado.
El titular de esta dependencia, Manuel Aranda, señaló que se ha observado un incremento en la presencia de migrantes de diversas nacionalidades en las calles y en algunos empleos. Entre los grupos más numerosos se encuentran ciudadanos cubanos, venezolanos y haitianos.
Aranda detalló que, como parte de la política migratoria, en el primer trimestre del año se deportaron 387 personas y en abril, 138. E
n comparación, durante todo el 2023, se deportaron 1046 migrantes. De estos, 425 fueron deportados en el primer trimestre, 151 en el segundo, 418 entre julio y septiembre, y 52 en el último trimestre del año.
El día de ayer, en el municipio de Tizayuca, se llevó a cabo uno de los operativos más recientes, donde se detectó una alta concentración de migrantes.
En una acción conjunta de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional, se revisaron unidades de transporte público para verificar el estatus migratorio de las personas. Durante el operativo, se resguardó a ciudadanos cubanos, venezolanos y haitianos con el fin de salvaguardar su integridad.
Otros municipios con alta presencia migratoria incluyen Mineral de la Reforma, Atitalaquia, Tula y Progreso, evidenciando que la situación migratoria en Hidalgo es un fenómeno en crecimiento que requiere atención y coordinación entre diversas autoridades para su manejo adecuado.