Seco, así luce lo que queda de la presa El Jaramillo, ubicada en la comunidad de San Miguel Cerezo. La falta de lluvias y una severa sequía han dejado este cuerpo de agua casi completamente vacío, exacerbando la crisis hídrica en la región.
Vecino de la presa relatan con desolación que todo en el lugar ha muerto debido a la falta de agua. La situación es especialmente grave para algunos, quienes carecen del servicio regular de agua potable en sus hogares. La presa solía ser su salvavidas, proporcionando el vital líquido para sus necesidades diarias, pero ahora no reciben ni una gota.
Habitantes recuerdan con nostalgia tiempos mejores cuando la presa estaba llena, y en algunas ocasiones, el agua incluso se derramaba.
La vida diaria se ha vuelto una lucha constante para los lugareños, quienes deben caminar más de 20 minutos bajo el sol para acarrear un poco de agua de un pequeño manantial cercano. Este arduo esfuerzo es un reflejo de la desesperada búsqueda por agua que afecta a muchas familias en la comunidad.
Los vecinos de la presa confían en que las próximas lluvias puedan traer algo de alivio y ayudar a recuperar este vital cuerpo de agua. Sin embargo, las perspectivas no son alentadoras.
Datos del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua revelan que los 84 municipios de Hidalgo registran algún grado de sequía, con 46 de ellos enfrentando condiciones severas. Este panorama desafiante exige soluciones urgentes y sostenibles para garantizar el acceso al agua y mitigar los impactos de la sequía en las comunidades más vulnerables.