En un acto que enciende la magia de la tradición dulcera, el Pueblo Mágico de Real del Monte, ha dado vida a una creación monumental: la paleta de caramelo que promete ser la más grande de México.
La gesta fue llevada a cabo por el dulcero Guillermo Hernández, cuya inspiración nació del mundo de fantasía de su hijo y la celebración del Día del Niño. Con el propósito de ofrecer algo excepcional a los pequeños y honrar su contribución al mundo de los dulces y chocolates, Guillermo se propuso materializar este sueño azucarado.
El artesano creador, Guillermo Rafael Hernández Borbolla, compartió la dimensión de su obra: «La finalidad de elaborar esta paleta es festejar el día del niño, el objetivo es darle algo distinto a los niños, algo que se puedan sorprender, que sea interesante y retribuirles algo de lo que los niños han dado a nosotros como fabricantes de dulces y chocolates».
El proceso de creación involucró el esfuerzo conjunto de 35 personas durante un total de 108 horas. Comenzaron por construir la estructura que sostendría este gigantesco manjar y luego, con meticulosidad artesanal, se sumergieron en la elaboración del caramelo.
¿Cuántos kilos de azúcar se utilizaron para dar forma a esta obra de arte comestible?
Según reveló Hernández Borbolla, se emplearon aproximadamente 480 kilos de azúcar, 135 kilos de glucosa, 226 litros de agua, ocho litros de saborizante, tres kilos de colorantes, 60 kilos de chocolate, y una variedad de aditivos, incluyendo ácido cítrico en cantidades menores, totalizando un peso de 670 kilos.
El resultado final es una paleta de caramelo que irradia la alegría y el colorido característico de la niñez mexicana. Largas tiras de caramelo entrelazadas forman esta icónica delicia, cuya envoltura y gran moño la hacen digna de toda celebración.
Los trabajadores que participaron en esta hazaña compartieron detalles del proceso: «Primero ponemos lo que es azúcar, después le incorporamos el agua, dejamos que hierva un poco y ya después le incorporamos lo que es la glucosa, más o menos en grados anda subiendo hasta los 140, 145 grados». Luego, describieron el proceso de estirado del caramelo para lograr esos colores satinados que reflejan la luz de manera única.
Con su colosal presencia y su sabor dulce que invita a la celebración, esta paleta de caramelo se erige como un símbolo de la creatividad y el ingenio mexicano, lista para deleitar a los niños y a todos los que se dejen seducir por su encanto en la próxima festividad del Día del Niño en Pachuca.