Mineral del Chico celebra su tradicional «lluvia de pétalos» para conmemorar el Domingo de Resurrección

Mineral del Chico celebra su tradicional "lluvia de pétalos" para conmemorar el Domingo de Resurrección
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En un festivo y colorido evento religioso, el municipio de Mineral del Chico dio cierre a la Semana Santa con su emblemática «lluvia de pétalos», una tradición arraigada que este año marcó su 150 aniversario. La parroquia de la Inmaculada Purísima Concepción fue el epicentro de esta conmovedora celebración, que atrajo a residentes locales y turistas por igual.

Desde tempranas horas, los habitantes de este pintoresco pueblo minero se dedicaron a preparar el escenario para recibir a los visitantes que anhelan ser testigos de este espectáculo único. Las calles principales se vistieron de color y tradición con la apertura de los tradicionales comercios y el mercado de artesanías, que ofrecieron una amplia variedad de productos para deleitar a los asistentes.

Una tarea monumental precedió al evento principal: la recolección de pétalos de rosa. Con la participación activa de trabajadores municipales, miembros de la comunidad y el comité organizador, se logró reunir una impresionante cantidad de pétalos, provenientes tanto de invernaderos locales como de otras regiones como el estado de Puebla.

«La lluvia de pétalos es mucho más que una tradición, es un acto de fe y esperanza para quienes participan en ella», comentó Armando Monzalvo Pérez, integrante del comité de la iglesia y veterano organizador del evento. Su compromiso con esta festividad ha perdurado a lo largo de tres décadas, siendo testigo de su evolución y arraigo en la comunidad.

El momento culminante llegó a las 11:30 horas, cuando la parroquia se vio inundada de una cascada de pétalos, mientras que en el atrio y sus alrededores, una multitud se congregó para ser parte de esta experiencia única en el Domingo de Pascua.

La celebración no concluyó con la lluvia de pétalos, sino que continuó con la tradicional «quema de Judas», una representación simbólica que atrajo la participación de decenas de habitantes, quienes se vistieron como diablos y recorrieron las calles en una escenificación cargada de tradición y folclore.

Además del componente religioso, la jornada festiva ofreció una amplia gama de experiencias culinarias y culturales para los visitantes. Desde la degustación de las tradicionales «tachuelas», una bebida elaborada con hierbas silvestres y frutas, hasta la variedad gastronómica ofrecida por los restaurantes locales, Mineral del Chico se convirtió en un destino imperdible para disfrutar del último día de asueto de la Semana Santa.