Al menos 150 miembros de la comunidad evangélica han sido desplazados de la localidad de Coamila, en el municipio de Huejutla, debido a conflictos con los habitantes mayoritariamente católicos de la región. Los residentes católicos exigieron la realización de faenas y pagos por parte de los evangélicos, quienes, al negarse a cumplir con estas demandas, se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Margarita Cabrera Román, directora de Asuntos Religiosos del gobierno de Hidalgo, informó que la violencia contra los evangélicos ha aumentado significativamente. Los afectados, que pertenecen a la iglesia Bautista Fundamental «La Gran Comisión», han tenido que buscar refugio en el auditorio municipal tras enfrentar múltiples agresiones. Estas incluyen ataques físicos, invasión de terrenos, destrucción de cosechas y la imposición de restricciones al acceso a la educación, agua potable y programas sociales.
El conflicto comenzó el 25 de marzo, cuando el pastor Rogelio Hernández Baltazar y dos miembros más de la iglesia fueron detenidos en la cárcel comunitaria de Coamila. Los católicos locales han insistido en que todos los residentes deben participar en faenas y festividades religiosas como parte de sus usos y costumbres. Los evangélicos, sin embargo, se negaron a adherirse a estas prácticas.
A pesar de los esfuerzos del gobierno estatal por mediar en el conflicto, ofreciendo un plan de pagos y mostrando disposición para cumplir con las obligaciones requeridas, el acuerdo alcanzado en 48 horas fue posteriormente violado por los pobladores de Coamila.
La funcionaria señaló que el gobierno ha proporcionado asistencia a los desplazados, incluyendo certificados multigrados a través del Instituto Hidalguense de Educación para los Adultos, así como suministro de comida y agua para enfrentar la crisis.